Que podría ser cualquiera, pero que al mismo tiempo es nadie.”



¡Atención! Esta vez no hay vuelta atrás.

¿Creías que sabías quién eres? Pues esta Analía te hará dudar. En un mundo donde nada es lo que parece, ella está por mostrarte cómo es eso de "ser nadie" y a la vez ser todos. ¡Que empiece el viaje!




Analía40 despertó una mañana con una sensación extraña. Miró al espejo y, por un segundo, se olvidó de quién era. No es que tuviera amnesia, no. Simplemente se le ocurrió que sería divertido no recordar absolutamente nada por un rato. Pero, claro, como buena Analía, eso no duró ni cinco minutos.

Al principio, todo parecía ser un gran experimento. Se levantó de la cama como si fuera la primera vez que lo hacía. Caminó por su casa con los ojos bien abiertos, observando cada rincón como si nunca los hubiera visto. No sabía dónde dejaba las cosas, pero la memoria nunca la abandonó. ¡Era como un juego!

Comenzó a perderse a propósito. Iba a la tienda y se olvidaba de lo que iba a comprar, pero al llegar al pasillo de los cereales, ¡de repente recordaba! Se reía sola como si estuviera engañando al universo. ¡"¡Sí, lo sé!", pensaba, "¡es divertido!"! Pero la magia estaba en otro lado. Cada vez que pensaba que no recordaba, se encontraba con algo más raro en su memoria. Como si la mente fuera un estante lleno de objetos inservibles que, al tocarlos, todos cobraban vida.

Una mañana, en el supermercado, se topó con un tipo que le sonrió y dijo: “¡Nos vemos en la próxima reunión de trabajo!” Analía40 frunció el ceño. “¿Qué trabajo?”, preguntó. Pero el tipo, como si nada, siguió caminando, y a ella le quedó la sensación de que algo se escapaba, como si se estuviera jugando con las reglas del tiempo.

Decidió entonces investigar, pero en vez de buscar respuestas, se dedicó a crear preguntas. Salió a la calle y vio a una señora caminar con dos sombreros, pero uno de ellos flotaba sin caerse. "¿Por qué no me sorprende?", pensó. Eso también era parte del juego. Se metió en una cafetería y pidió un café "extraño". La camarera, con cara de misterio, le sirvió una taza con un líquido color púrpura, y Analía40 se preguntó por un instante si eso era la respuesta que había estado buscando todo el tiempo.

Pero la verdad es que nada de eso tenía sentido. Y ahí estaba la verdadera locura. En un mundo donde todos intentaban encontrar respuestas, Analía40 se dio cuenta de que solo se estaba divirtiendo con las preguntas. Y eso fue suficiente. ¿La moraleja? No hay ninguna.


Así se va, como un espectro que se desvanece, pero sin irse realmente. En el olvido, encuentra su lugar, pero no es un lugar que la haga sentirse perdida, sino todo lo contrario. Quizás olvidarse sea la única forma de recordarlo todo.


Siguiente Analía:

(Viajar dentro de uno mismo puede ser una aventura interminable. Pero ¿y si los pensamientos no te dejan volver? Tal vez la mente sea un laberinto sin salida, o tal vez la salida sea otra entrada.)



Texto generado por ChatGPT en respuesta a interacciones personalizadas.
Cortesía de OpenAI.
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